La rinoplastia sigue siendo actualmente la intervención de cirugía estética que con mayor frecuencia realizan los cirujanos plásticos. Habitualmente, se suele esperar hasta los 17 años de edad para realizarla al objeto de que el crecimiento de los huesos nasales haya realizado, pero en aquellos casos en que el compromiso emocional o el defecto es importante, tiene prioridad la motivación psíquica, pudiendo entonces realizarse la rinoplastia en edades más tempranas.
La intervención se realiza a través de incisiones que se practican generalmente en el interior de la nariz, de tal forma que no hay ninguna cicatriz externa visible. A través de estas incisiones, el cirujano corta, talla y modela los huesos y cartílagos de la nariz para conseguir el perfil y el estrechamiento deseados. En raras ocasiones está indicado realizar además una incisión a nivel de la base las narinas. Algunos cirujanos prefieren intervenir bajo anestesia general y otros con anestesia local y sedación.
En ocasiones, parte de los mismos tejidos del paciente se utilizan como injertos internos para ayudar a dar forma o sostén a la pirámide nasal El cirujano puede recurrir a injertos de huesos de cadera de costilla de cartílago costal, septal o de la oreja o a materiales sintéticos como la silicona.
Si hay una dificultad respiratoria nasal puede ser necesario además modificar la forma o resecar cartílago del tabique nasal o intervenir en los cornetes. La mayor visibilidad del tabique que se obtiene al realizar una rinoplastia estética facilita actuar en estas estructuras.