Las personas deciden someterse a una cirugía estética por diferentes razones: parecer más joven, lograr más autoestima para encontrar pareja o para complacer al otro, propiciar cambios en la apreciación del entorno laboral y de amistades, entre otras motivaciones.
La tasa de satisfacción con una cirugía depende mucho de la buena comunicación lograda con el médico, la comprensión correcta de los riesgos y acceder a una previsualización de los resultados para no llegar a decepcionarse luego de la intervención.
Unas de las preguntas que se deberían hacer todas las personas que se plantean una cirugía plástica son:
- La motivación es personal o se trata de agradar a otro?
- Qué quiere cambiar y porqué?
- Cuánto tiempo ha estado esperando por este cambio?
- Qué expectativas tiene de la operación?
- Su cirujano estético está de acuerdo en lo razonable de sus expectativas?
Conocer la respuesta a estos interrogantes así como previsualizar los resultados que desea obtener (por ejemplo con simulaciones 3D) le ayudará a decidir mejor sobre el tratamiento y sus opciones.